lunes, 30 de mayo de 2011

Un candidato único. Dos posturas

De manera sorpresiva los dirigentes nacionales del PRI, PAN y PRD, el gobernador Leonel Godoy así como empresarios de alto nivel en el estado salieron a los medios de comunicación para dar a conocer una serie de acuerdos por Michoacán en donde se contempla "explorar la posibilidad" de una candidatura de unidad para el gobierno del estado. Como era de esperarse, la tan solo "posibilidad" de una candidatura única generó revuelo. Los precandidatos de los tres partidos no tardaron en mostrar su desacuerdo, pues automáticamente (por pertenecer a un partido político) quedarían descartados como candidatos de unidad. Al principio Luisa María Calderón, aspirante a la candidatura de Acción Nacional, dejó entrever que estaba de acuerdo pero al día siguiente cambió su discurso y criticó la propuesta. Quienes se oponen a una candidatura de unidad dicen que serían unos cuantos los que estarían imponiendo a un gobernante y que con esto se sacrifica el derecho de los michoacanos a elegir a sus representantes. En un comunicado, el senador con licencia, Marko Cortés dijo que no habría que tenerle miedo a la democracia y que habría que entrarle al proceso electoral. Más allá de lo que se pueda argumentar, lo cierto es que poner de acuerdo a tres fuerzas políticas con intereses tan diversos sería una acción casi impensable. Hace apenas unos meses se pensó que en el Estado de México era viable una alianza entre el PAN y el PRD para detener el candidato de Enrique Peña Nieto y sólo se escuchó mucho ruido y se vieron pocas nueces. El caso Michoacán se ve más complejo por ser la tierra del Presidente y porque su hermana está directamente involucrada en el proceso electoral. Pero veamos la otra cara de la moneda. Si bien es cierto que los empresarios piensan como tal y su intervención en política está más bien encaminada a salvaguardar sus intereses económicos, también hay argumentos muy válidos. El primero es que el próximo gobierno será de transición porque solamente durará 3 años y 8 meses (recordemos que en Michoacán se hizo una reforma electoral para empatar las elecciones federales con las locales en 2015), por lo que el gobernador no tendrá tiempo para poner en orden al estado. El segundo, y considero que es el que tiene mayor peso, es que la situación de seguridad en Michoacán se ha desbordado, en los muchos municipios (Tancítaro, Peribán, Apatzingán por ejemplo) hay un gobierno paralelo al municipal, el crimen organizado se dedica a cobrar "derechos de piso"; incluso en las zonas aguacateras se han establecido tarifas de hasta mil pesos mensuales por hectárea cultivada. La extorsión llega incluso a los negocios pequeños. La pregunta es ¿dónde está la fuerza del Estado para salvaguardar la seguridad que es su máxima responsabilidad? El reclamo es que tenemos un Estado debilitado, fraccionado en partidos políticos que se disputan el poder mientras que los chicos malos se organizan y son capaces de sembra el terror y gobernar de facto. No sé si un candidato de unidad sería la solución, lo que si es evidente es que Michoacán necesita un estadista, un conciliador que haga que la clase política se ponga de acuerdo y dé resultados tangibles. Se ve muy complicado que sin un proceso electoral exista un candidato que concilie los intereses de todos los actores políticos, sin embargo, para eso está la verdadera política, la busca acuerdos y pone a un pueblo en una misma sintonía ojalá se le apueste al diálogo y a la construcción de un Michoacán diferente, es posible con voluntad.


@victorzepeda

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