lunes, 24 de enero de 2011

El punto de acuerdo, una llamada a misa

Por Víctor Zepeda*


La próxima semana los grupos parlamentarios tendrán sus reuniones plenarias donde fijarán sus prioridades de agenda para el periodo legislativo que inicia. Tal vez lo primero que se debería hacer es limitar la gran cantidad de puntos de acuerdo e invertirle más concretar reformas jurídicas con mayor calidad y eficiencia legislativa.

En un sistema presidencialista como el de México, el Congreso es la válvula de escape a la hoya esspres que es la política mexicana. En la Cámara de Diputados y de Senadores se fijan cada martes y jueves las posturas de los partidos respecto a la agenda política del país. De igual forma, las legislaturas de los estados desahogan en su tribuna los problemas locales.

En tribuna los legisladores (representantes de la soberanía popular) presentan un sin número de puntos de acuerdo, es decir exponen un tema de relevancia para pedir que alguien lo resuelva. Exhortan a los otros poderes e instituciones a actuar de determinada forma. Por ejemplo, uno de los más recurrentes, es la “condena” a la violencia en el país y se exige “redoblar esfuerzos” en el combate al crimen organizado para recobrar la tranquilidad. Sin embargo, el problema no es el interés que muestran nuestros representantes en los problemas del país, sino que sus peticiones en tribuna no son vinculatorias, es decir, son solamente llamados de atención y los involucrados no están obligados a atenderlos. Lo más que puede pasar es que se formen comisiones para darle seguimiento a temas especiales, las que son como una llamarada de petate que termina cuando la prensa deja de tomarlos en cuenta.

Bien se dice en los pasillo del legislativo que un punto de acuerdo es como un llamado a misa, todos lo escuchan pero solamente van los que quieren.

El punto de todo este asunto es que el Poder legislativo mexicano invierte la mayor parte de su tiempo y esfuerzos tratando de fijar posturas, de hacer ruido y menos en la discusión de las actualizaciones jurídicas. Más aún cuando se acercan los periodos electorales.

En los sistemas parlamentarios, como el inglés, las posturas de las fuerzas políticas tienen una razón de ser pues el Primer Ministro forma parte del parlamento así como sus ministros, quienes tienen la capacidad de actuar en consecuencia de las demandas de la oposición. De igual forma el partido en el gobierno tiene la posibilidad de defender en una tribuna pública sus acciones de gobierno. El nivel de discusión muchas veces es álgido, pero lo interesante es que surte algún efecto más allá del mero impacto mediático.

Que bueno que haya una plaza pública para la discusión pero qué desafortunado que el tiempo que se pudiera invertir en el análisis concienzudo de los temas torales del país se invierta buscando ocupar unos segundos en el noticiero nacional o en las planas de los diarios.

En la bien llamada “congeladora legislativa” existen una enorme cantidad de iniciativas sin dictaminar por falta de interés y de tiempo. El colmo de todos los males es que una de las iniciativas que proponía regular la cantidad de puntos de acuerdo que podía presentar una fracción parlamentaria y establecía reglas claras para la dictaminación de iniciativas está precisamente durmiendo el sueño de los justos en la propia congeladora que proponía destruir.



lunes, 17 de enero de 2011

Libertad de expresión no es libertad de calumnia

Hechos: en diciembre un medio de comunicación publica una nota acusando al diputado local, Epigmenio Jiménez de recibir depósitos en su cuenta bancaria por cuatro millones de pesos. El legislador responde y presenta documentos que prueban la inexistencia de la cuenta y en consecuencia del depósito. El asunto quedó olvidado. Este jueves la agencia de noticias publica una nota con fuertes declaraciones acusando nuevamente al presidente de la Comisión de Hacienda del Congreso michoacano. El medio argumenta tener en su poder las fichas de cuatro depósitos por montos millonarios e involucran también a la asistente del diputado. En una nota sarcástica, la agencia llama por sobrenombres a Jiménez Rojas y termina la nota con un "amen". Al día siguiente el diputado aludido da una conferencia de prensa desmintiendo la información con documentos oficiales del banco que demuestran que esos depósitos no existieron. Esta vez, los coordinadores parlamentarios de los tres principales partidos políticos así como varios legisladores acompañan al diputado durante la rueda de prensa y declaran que la agresión a Epigmenio Jiménez es una ofensa al legislativo: "hoy es Meño, mañana, podría ser cualquiera de nosotros", dijo el diputado del PRI. El ofendido anuncia que demandará al medio por difamación.

Durante la ronda de preguntas y respuestas uno de los reporteros pregunta si la denuncia no atentaría contra la libertad de expresión. Caray, ¿quien dijo que la libertad de expresión es un cheque en blanco para difamar?

Todos los extremos son malos y parece que en México se ha pasado de la censura al libertinaje. Durante siglos la lucha en este país por la libertad de expresión libró muchas batallas. Fue un reclamo social que tuvo que ir ganando espacios y que hace apenas pocos años se concretó. Durante el sexenio de Vicente Fox parecía deporte nacional criticar las acciones, declaraciones y ocurrencias del primer mandatario y su familia. Hoy por hoy cualquier medio puede publicar cualquier crítica y no tiene que preocuparse de las represalias del poder. El problema ahora es quién regula los excesos de quienes se erigieron como los "perros guardianes de la democracia", usando los términos de la prensa estadounidense.

La reputación es un bien invaluable ante la sociedad, más aún si se es parte de la clase política, tan desprestigiada en estos días. El diputado Jiménez deberá actuar legalmente, como lo anunció, de no hacerlo por temor o cualquier otra razón, no existirá un precedente en Michoacán y cualquier ciudadano puede ser víctima de "periodicazos".

La libertad de expresión es un derecho que los mexicanos nos hemos ganado a pulso, pero esa libertad termina donde empieza la del otro. Ahora todos debemos ser guardianes de libertad de prensa, es un derecho que bien aplicado nos fortalece como sociedad y fortalece la democracia pero no nos vayamos con la finta, es libertad de expresión no de agresión.

victorzepeda@hotmail.com

lunes, 10 de enero de 2011

La arrogancia del PRI de Moreira

El Partido Revolucionario Institucional logró dar un paso importante para renovar su dirigencia con un candidato de unidad. Todo indica que el ex gobernador de Coahuila, Humberto Moreira tendrá la responsabilidad de dirigir los destinos del priismo durante los próximos años. Entre las batallas más importantes se encuentra la elección en Guerrero de los próximos días, la renovación de la gubernaturas del Estado de México y Michoacán y, por supuesto, la elección presidencial de 2012 que será la madre de todas las batallas.

El PRI cree tener el mejor escenario para recuperar la Presidencia de la República el año entrante con un precandidato bien posicionado en las encuestas y sin rupturas internas. Pero la arrogancia y el exceso de confianza es una las principales dosis para fabricar la derrota.

En política no hay fórmulas que funcionan eternamente, lo que sirvió en una elección no sirve en otra y la única constante en estos asuntos es el cambio. Así como en la ley de las especies de Darwin, solamente sobrevive quien tiene la capacidad para adaptarse a las nuevas circunstancias, el PRI ha ido avanzando y ha sido capaz de cantar sus victorias pero nada está escrito aún.

Es cierto que el priismo se ha fortalecido en elecciones locales, pero también es cierto que ha perdido bastiones importantes, como por ejemplo Oaxaca y Sinaloa.

A través de un comunicado, la diputada Beatriz Paredes manda un mensaje de arrogancia anunciando el regreso del PRI a Los Pinos como el destino escrito de todos los mexicanos, habría que recordar que la estrategia para ganar las elecciones en los estados no es la misma para una elección nacional.

En una actitud similar, Moreira intenta subir al ring de pelea al Presidente de la República diciendo que solamente debatiría con él y no con el dirigente del PAN

Pareciera pues que la estrategia consiste en mandar mensajes de “fuerza” hacia los ciudadanos. Sin embargo, habrá que recordar lo que significó para el país siete décadas de un partido hegemónico, un partido de Estado que argumentando su experiencia para gobernar pretende regresar al poder. La capacidad para gobernar se mide en con resultados y los estados de la República gobernados por el tricolor no están muy lejos de estar en los primeros lugares en nivel de vida.

Cambiar el empaque y relanzar el producto no significa que el contenido haya mejorado. Sin bien es cierto que muchos ciudadanos, por el mismo desencanto que tienen hacia la política, se podrían ir con la finta, cada vez son más los electores informados y críticos que basan su voto en los buenos resultados.

No hay que echar pues las campanas al vuelo, muchas cosas pueden pasar de aquí al 2012 , hoy por hoy cualquier partido político podría gobernar este país.

www.victorzepeda.com

lunes, 3 de enero de 2011

2011 año electoral

Y arranca el 2011 y también la lucha de los tres principales partidos políticos por ganar la gubernatura de Michoacán y la mayor cantidad posible de alcaldías y diputados locales.

Como toda campaña, ésta será una guerra de estrategia que tendrá que jugarse primero al interior de los partidos políticos y después afuera en los 24 distritos electorales de Michoacán. Aunque no será nada fácil ganar los más de 600 mil votos que se necesitan para despachar en Casa de Gobierno, la principal batalla será sin duda en la etapa interna para obtener la candidatura por alguna fuerza electoral. Y es que está comprobado que el fuego amigo es el que más daño hace a cualquier candidato.

El Partido de la Revolución Democrática está en una situación complicada pues tendrá que cargar con el desgaste que implica ser el partido en el gobierno, teniendo en cuenta que las acontecimientos de inseguridad en el estado, la disminución de las remesas y la falta de empleo son facturas que el electorado le endosará a Godoy (independientemente si son o no su responsabilidad). Veremos la capacidad de operación política del gobernador para que el abanderado del Sol Azteca sea uno de los suyos, como podría ser Fidel Calderón, actual secretario de gobierno. Si desde esas mesas de negociación se diera un rompimiento, el PRD dejaría libre el camino para cualquiera de los candidatos del PRI y del PAN. En el escenario de que lograran salir más o menos unidos, para que el candidato tenga posibilidades de ganar tendrá que jugar un doble juego, por un lado utilizar la estructura del gobierno del estado, pero en el discurso distanciarse de la actual administración. Situación complicada.

En el caso del Partido Revolucionario Institucional, tendrá la posibilidad de poner a trabajar su estructura territorial y animar a sus seguidores con los triunfos de las últimas elecciones en todo el país. Además podrá argumentar en su discurso de campaña que durante el tiempo que gobernó Michoacán logró mantenerlo en paz (seguramente omitirá decir que gracias a los compadrazgos y la corrupción interna, el estado se hundió en un rezago del que no ha podido salir). La ola roja del Estado de México y el nivel de popularidad de Peña Nieto, seguramente también serán factores que jugarán a su favor. El problema del PRI en Michoacán sigue siendo que por más que quiera vender la imagen de un partido renovado sus figuras más visibles (como Jesús Reyna, Fausto Vallejo, Víctor Silva, Anaya, etc.) siguen siendo políticos poco atractivos para el electorado independiente, sin el cual nadie puede ganar una elección. El tricolor tendría que salir con un candidato de unidad al cual se le reinvente su imagen pública. La estrategia mercadológica tendrá que ir aún más allá de una simple frase, como la de “ya llegó Jesús” que usó Jesús Reyna en la elección pasada y más allá de una letra roja como la “F” de Fausto para ganar la Morelia.

En el caso del PAN, segunda fuerza electoral, su dilema también será la unidad interna, pues si no elige a su candidato en una elección democrática como ha sido su tradición, perderá legitimidad ante la ciudadanía. El mejor escenario sería que en contra de las predicciones, los panistas nominaran a un candidato al que no se le pudiera acusar que es parte de los problemas del estado por su cercanía con el poder, sino una opción de conciliación entre las fuerzas políticas. Démosle tiempo al tiempo.