lunes, 3 de enero de 2011

2011 año electoral

Y arranca el 2011 y también la lucha de los tres principales partidos políticos por ganar la gubernatura de Michoacán y la mayor cantidad posible de alcaldías y diputados locales.

Como toda campaña, ésta será una guerra de estrategia que tendrá que jugarse primero al interior de los partidos políticos y después afuera en los 24 distritos electorales de Michoacán. Aunque no será nada fácil ganar los más de 600 mil votos que se necesitan para despachar en Casa de Gobierno, la principal batalla será sin duda en la etapa interna para obtener la candidatura por alguna fuerza electoral. Y es que está comprobado que el fuego amigo es el que más daño hace a cualquier candidato.

El Partido de la Revolución Democrática está en una situación complicada pues tendrá que cargar con el desgaste que implica ser el partido en el gobierno, teniendo en cuenta que las acontecimientos de inseguridad en el estado, la disminución de las remesas y la falta de empleo son facturas que el electorado le endosará a Godoy (independientemente si son o no su responsabilidad). Veremos la capacidad de operación política del gobernador para que el abanderado del Sol Azteca sea uno de los suyos, como podría ser Fidel Calderón, actual secretario de gobierno. Si desde esas mesas de negociación se diera un rompimiento, el PRD dejaría libre el camino para cualquiera de los candidatos del PRI y del PAN. En el escenario de que lograran salir más o menos unidos, para que el candidato tenga posibilidades de ganar tendrá que jugar un doble juego, por un lado utilizar la estructura del gobierno del estado, pero en el discurso distanciarse de la actual administración. Situación complicada.

En el caso del Partido Revolucionario Institucional, tendrá la posibilidad de poner a trabajar su estructura territorial y animar a sus seguidores con los triunfos de las últimas elecciones en todo el país. Además podrá argumentar en su discurso de campaña que durante el tiempo que gobernó Michoacán logró mantenerlo en paz (seguramente omitirá decir que gracias a los compadrazgos y la corrupción interna, el estado se hundió en un rezago del que no ha podido salir). La ola roja del Estado de México y el nivel de popularidad de Peña Nieto, seguramente también serán factores que jugarán a su favor. El problema del PRI en Michoacán sigue siendo que por más que quiera vender la imagen de un partido renovado sus figuras más visibles (como Jesús Reyna, Fausto Vallejo, Víctor Silva, Anaya, etc.) siguen siendo políticos poco atractivos para el electorado independiente, sin el cual nadie puede ganar una elección. El tricolor tendría que salir con un candidato de unidad al cual se le reinvente su imagen pública. La estrategia mercadológica tendrá que ir aún más allá de una simple frase, como la de “ya llegó Jesús” que usó Jesús Reyna en la elección pasada y más allá de una letra roja como la “F” de Fausto para ganar la Morelia.

En el caso del PAN, segunda fuerza electoral, su dilema también será la unidad interna, pues si no elige a su candidato en una elección democrática como ha sido su tradición, perderá legitimidad ante la ciudadanía. El mejor escenario sería que en contra de las predicciones, los panistas nominaran a un candidato al que no se le pudiera acusar que es parte de los problemas del estado por su cercanía con el poder, sino una opción de conciliación entre las fuerzas políticas. Démosle tiempo al tiempo.

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