martes, 15 de febrero de 2011

El PRI eligió el peor escenario: perder-perder

Hechos: Los diputados del PRD con su ausencia reventaron la sesión del sábado en donde se suponía se iban a aprobar reformas al Código Electoral deL estado luego de las cambios en esta materia a la Constitución Política de México. El tema de fondo es la permanencia o no de los actuales consejeros del Instituto Electoral de Michoacán. Los diputados perredistas argumentan que no se puede extender el periodo de los consejeros, pues fueron electos por un periodo que está por terminar. Pareciera que los legisladores quisieran un consejo más a modo rumbo al proceso electoral del 13 de noviembre.

A consecuencia de esto, el PAN y el PRI anunciaron que no asistirían al tercer informe de labores de Leonel Godoy para aguarle la fiesta al gobernador perredista. Se plancharon los acuerdos y las dos bancadas dijeron que dejarían plantado al gobernador, incluso se hicieron desplegados en algunos medios electrónicos argumentando su ausencia.

Lo interesante de la política es que los escenarios pueden cambiar de un día a otro, de un minuto a otro. En este ambiente los acuerdos tienen caducidad, el secreto es saber detectarla. En la noche del domingo algo pasó, alguien movió los hilos desde los altos niveles y logró que cinco diputados de Acción Nacional se presentaran en el teatro Morelos logrando así el quórum parlamentario.

El informe se llevó con normalidad, Godoy habló de sus logros y --aunque no convenció a la oposición--, se mantuvo un ambiente de respeto en el recinto en donde estuvo el Secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, gobernadores, ex gobernadores, el Jefe de Gobierno del DF, diputados federales y senadores de todos los partidos políticos, así como una buena cantidad de invitados especiales.

Se evitó el escándalo pero el problema aún no está resuelto. ¿Qué ganaron los diputados priistas con no asistir? Su mal olfato político los llevó a elegir el peor escenario para ellos: perder-perder. No lograron reformar el Código electoral y, al no asistir al informe, se vieron irresponsables ante sus representados. Para desgracias de todos, este ya es un año electoral y todo el tema legislativo girará en torno a quien descalifica al otro para quedar bien con los electores.

Subestimar a la gente pensando que entre más se descalifique al oponente, más posibilidades se tendrá de ganar una elección es apostarle a una idea equivocada de los motivos que la gente tiene para votar. Conforme avanza nuestro nivel de democracia, las personas han ido entendiendo que la representación popular no consiste en quién se pelea más en el parlamento, quién truena más sesiones o quien logra meter más lonas denigrando a las personas (como ocurrió con Noroña en San Lázaro). Entre más madura la democracia queda claro que un buen representante popular es quien, aunque no esté de acuerdo, antepone sus intereses personales por el bien de la mayoría. Ojalá nuestros legisladores lo vayan entendiendo, en la medida que esto pase habrá menos show y más política efectiva, de esa que se traduce en acuerdos y progreso para la gente.

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