lunes, 12 de julio de 2010

¿Alianzas PRI-PAN, harán posible lo imposible en Michoacán?

Acabamos de vivir un proceso electoral intenso, hubo elecciones prácticamente en la mitad del país, (14 estados). Luego de la contienda se renovarán 12 gubernaturas y en total se eligieron 1502 puestos. El Partido de la Revolucionario Institucional fue el enemigo a vencer, sin embargo logró ganar 9 de los 12 gobiernos en juego; mientras que las alianzas PAN-PRD consiguieron tres pero ninguna en lo individual. Por el contrario, el PAN perdió Aguascalientes, uno de sus bastiones y el PRD, Zacatecas que llevaba gobernando más de una década. Estos resultados nos dan indicios de cómo podría ser el comportamiento electoral rumbo a las elecciones, tanto de noviembre de 2011 en Michoacán, como las federales en 2012 en donde se renovará la presidencia de la República y la totalidad del Poder Legislativo.

Ya en la etapa postelectoral la nota no ha sido el triunfo del PRI en la mayoría de los estados, sino su derrota frente a las alianzas en Oaxaca, Puebla y Sinaloa, estados considerados cacicazgos priistas que parecían inamovibles. Como olvidar al gober precioso o al sonriente Ulises Ruiz en Oaxaca durante el conflicto magisterial.

La primer lección que nos dejan las alianzas es que para derrotar al enemigo hay que hacerlo desde adentro y con sus propias armas. En el caso de Puebla fue el ex priista Rafael Moreno Valle (ahora Senador del PAN con licencia) quien le dio el tiro de gracia al gobernador poblano. Entre otras razones, el éxito aliancista se debió a la división del priismo a causa de la imposición Javier López Zavala como candidato.

Sinaloa también es un buen ejemplo, pues para que el PRI perdiera por primera vez en su historia la gubernatura de la entidad, tuvo que caer frente Mario López Valdez (Malova) quien fuera apenas meses atrás Senador tricolor. Por lo que respecta a Oaxaca, es otro triunfo (o derrota) histórico. Gabino Cue gana al postularse como candidato por segunda ocasión frente a un gobernador que parecía tener el control total del estado.

No es por aguarles la fiesta a los aliancistas, pero llama mucho la atención como éste hecho se colocó tan bien en la opinión pública que pareciera que el gran perdedor es el PRI cuando en realidad ganó 9 de 12. Y no sólo eso, sino que recuperó Aguascalientes y Zacatecas que se habían convertido en bastiones su oposición.

Personalmente no creo que los gobiernos emanados de estas coaliciones puedan trasformar a las entidades que gobernarán, pues entre otros problemas, su plan de gobierno no se podrá cimentar en los principios de algún partido. Como comentábamos en este espacio, lo único que tienen en común el PRD y el PAN es un enemigo llamado PRI. ¿A quién premiará o castigará la ciudadanía luego de que pase la efervescencia del “cambio”? Para desgracia de todos los mexicanos en el 2000 quedó demostrado que “sacar al PRI de Los Pinos” es un gran argumento de campaña, pero no un buen eje de gobierno. Las alianzas pueden generar triunfos históricos como los del 4 de julio pasado, pero el problema se da a la hora de repartir el pastel. Que desafortunado que se haya que tenido que recurrir a estas alternativas extremas con tal de derrocar a cacicazgos como el de Ulises Ruiz y Mario Marín.

Rumbo a 2011 ya se habla de una alianza PAN-PRD en el Estado de México para derrotar a Enrique Peña Nieto, luego de su popularidad como precandidato presidencial. ¿Funcionará? Habría que ser muy cuidadosos, pues en campañas no hay fórmulas generales, cada contienda tiene su propia coyuntura. Por otro lado y en contraste, el jefe estatal del PAN en Michoacán ha dicho que podría aliarse con el PRI para vencer al PRD luego de casi una década de gobierno. Sería hasta irónico ver como en estados que inclusos son vecinos, el PAN tuviera como aliado al que en la otra entidad es su enemigo común.

Pero no hay que descartar ese escenario, recordemos que como decía Vaclav Havel, la política no es el arte de lo posible sino hacer lo imposible, posible. En ese tenor se podrían dar alianzas entre Dios y el Diablo y los electores deben estar preparados para presenciar situaciones extremas. Más aún que el asesinato de un candidato, como ocurrió con Rodolfo Torre Cantú , abanderado del PRI en Tamaulipas o la detención de otro, como le pasó a Gregorio Sánchez, candidato del PRD al gobierno de Quintana Roo.

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